miércoles, 15 de abril de 2009

Están chingos


Chingos, ligándola o armándola. Por todos lados se oye que está en las últimas, que ahora sí, que si la olla de presión, que si yo, tú , él, Baduel. Que si invitó a Omar después del cachaco y que en la Cumbre seguro quiere hacer un espectáculo. Que si metan preso a Rosales, denle treinta también ! Si me permiten, yo le aconsejo a la Inteligencia, aunque sea una contradicción tal nombre en los que gobiernan, que busquen en las tabernas, en Mi Vaquita y no se olviden de la Hawaii Kai. Y González González dónde estará?

Visitemos la historia para entender la que está por escribirse:

Anastasio Somoza mandó a matar al periodista Chamorro y -de ahi para abajo- no lo salvó ni el Zorro. Edén “Comandante Cero” Pastora le asaltó el Congreso de Nicaragua el mismo año y una guerra civil enfrentó a ejército y pueblo. Venezuela apoyó fue al pueblo de frente con el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Armas, aviones y armados. Somoza acabó con más de 30.000 ciudadanos sólo en esos meses. Medio año después y medio país hundido en sangre, como todos los cobardes en museo, planicie u hotel, escribió su renuncia. Se la solicitó Jimmy Carter (el mismito que tomó café con Chávez y Gustavito) y la OEA, que en aquel entonces no se hacía la pendeja, ni la comandaba un insulso… Anastasito de inmediato la aceptó! Vivió en Miami, pero en el 80, en Paraguay, el Ejército Revolucionario del Pueblo -empuñando la Doña AK- lo llenó de agujeros y le dejaron de postre un proyectil de bazuca RPG-7. La “Operación Reptil” fue todo un éxito y apropiado el nombre para un arrastrado. Ortega se sabrá esta historia?

Batista dio un golpe, sin sangre, sin balas y sin que el cubano saliera de su sala. Ni se enteraron. Así es Cuba, se da cuenta de lo que le pasa cada 50 años, pero ése es otro cuento. Fulgencio Batista le tomó el gusto a perseguir y matar políticos, entregándole
-de una manera muy Tropicana- la isla a la mafia gringa. Corrupción, falta de derechos humanos y un chivúo desquiciado -junto a un argentino extraviado- le dan el feliz año a Batista en el 59. Dicen que se fue con 100 millones de dolares…Ñoooo ! Tosió de un infarto en Madrid. La revolución en Cuba hoy es como la nuestra: no se le ve el queso a la arepa.

Más de 30 años de su propio merengue le dio Trujillo a su pueblo. Le decían “El Jefe” o “El Chivo”. Egocéntrico, narciso y adicto a condecoraciones. Convulsionaba si oía la palabra comunismo -y como Pérez Jiménez- puso orden y progreso, cosa que todavía espero aquí del que prometió esto hace 10 años. La CIA (que todavía servía) le aconsejó que se fuera por las buenas, pero “El Jefe” les dijo que él saldría pero en camilla! En mayo del 61, más de 60 tiros recibió el automóvil presidencial, así que en camilla terminaría.

La Brigada Garibaldi la conformaban excepcionales. Intelectuales, ex-militares, jóvenes y el pueblo. Nada, ni nadie puede contra esto. En la Plaza Loreto, el “Gran Duce”, que se creía muy varón, terminó siendo un balón.

El Ejército Rojo le enfrió el guarapo a Adolfo. Éste se metió en su Führerbunker, mató al perro, a Eva, a millones que él creía que también eran perros, y después se envenenó y se dio un tiro. Le faltó fue cortarse la cabeza, después ahorcarse y, por ultimo, degollarse.
La paila de Adolfito es la 666 con los jardines de lava, para los que quieran visitarle en un “tour-day” de verano eterno.

Los buenos también terminan feo: John Fitzgerald, Gandhi, Sucre, Malcolm, Gaitán, Indira, Juana, el Rey Martin y su sueño, y hasta Jesús terminó sufriendo.

Es que la historia no perdona y es con sangre que escribe su testamento. La pregunta que deberíamos hacernos es: Hugo, tú eres malo o eres bueno?

1 comentario:

Holbein dijo...

Depende...
Si lo ve el Chingo o si lo ve el sin nariz...
Al final poco importa. Importa su final.